domingo, abril 13, 2014

"- ¿No extrañás? ¿Nunca te dieron ganas de volver?

- Eso de extrañar, la nostalgia y todo eso es un verso. No se extraña un país, se extraña el barrio en todo caso pero también lo extrañás si te mudás 10 cuadras. El que se siente patriota, el que cree que pertenece a un país es un tarado mental. (...) Uno se siente parte de muy poca gente. Tu país son tus amigos y eso sí se extraña, pero se pasa."

Fragmento película Martín Hache

Después de ser una de las películas que más me gusta, ese dialogo comienza a tomar más sentido.
Cosas que pasan

¡A un mes!


Llevo casi un mes aquí, un mes que ha sido rápido y lento, extraño. Los primeros días me sentía de visita, eso es porque evidentemente vine 6 veces antes a éste país y venía de paseo, me constó entender que en mi séptima vez me quedaba, en algún momento me costó entender que decidí quedarme para estudiar.

Pasé de vivir sola en un espacio que era totalmente mío, en donde hacía lo que quería, a compartir mi vida con tres personas más; pasé de estar en un trabajo que me encantaba, con personas que aprendí a valorar y a querer como mis amigas, a la desocupación extrema de no hacer nada; pasé de salir con mi gente todos los días, de tener espacios de desahogo y contención a no conocer a nadie (y cuando digo “no conocer a nadie” es así de real); pasé de habitar una ciudad que conozco desde que nací y que me agrada, a una ciudad desconocida, en la que me enredo con sus diagonales y aún me cuesta saber dónde está el norte. Y así un montón de cambios.

Pero eso no es algo que me complique, no es ese cliché en el que dicen que todos los cambios son para mejor, en verdad no. Pero el descubrir(me) todos los días no es algo que me incomode, es algo que me fortalece. Pero sigue siendo extraño.

¿Qué es lo extraño?

Lo extraño es mirar al resto que es parte de mi vida desde fuera, lo extraño es ver cómo avanzan o retroceden sus vidas sin poder aportar, sin poder ver, abrazar y mirar a las personas, lo extraño es ver cómo las personas se van adaptando a sus realidades, lo extraño es no sentirse parte de sus vidas. Sí, llevo un mes y con el tiempo también armaré mi vida acá, voy de a poco, pero no pensé que eso sucedería.

Varias personas me han preguntado si extraño allá y la verdad es que no sé si es políticamente correcto decir que no, capaz me mienta a mí misma. Porque sí, extraño cosas, pero no hay nada que me haga volver, aún. Debe ser porque nadie dependía de mí, ni yo dependía de nadie… espero que solo sea eso.

Es extraño vivir situaciones desde afuera, vivir cumpleaños de familiares, vivir penas de amigos y no poder estar ahí para abrazarlos y estar acá sin tener a quién abrazar, pero no es tan terrible (o quiero creerlo así).

Es extraño saber que la gente que quiero está conectada siempre, pero a la vez tan lejos que no me dan ganas de hablar, me siento interrumpiendo su vida. Capaz dejé más cosas extrañas abiertas, de las que debí dejar y hoy me pasan la cuenta.

He llamado constantemente a las cosas que no sé explicar, como algo “extraño”. Lo extraño es lo que no sé describir, lo que me genera contradicciones, lo que no tiene justificación racional, lo que sale de la guata.


Soy una contradicción constante en construcción.