miércoles, febrero 26, 2014

Cosas a las 1 am.

Hace como un mes decidí escribir el menjunje de cosas que me sucedía, evidentemente no lo hice y acudí a mi vieja técnica en el momento en el que mis sentimientos de angustia están en fase de querer arrancar.

Me voy, si ya está. No es necesario darle mas vueltas (creo que quien pudo hacerme cambiar de opinión, no estaba dispuesto a hacerlo. Y quien me puede hacer viajar más seguido a Chile tampoco lo hará, así que eso es punto aparte -y final- capaz), no tengo escusas para no hacerlo, eso es todo.

Me voy feliz y llego feliz allá, pero la felicidad trae ese sabor amargo de dejar "cosas", dejar la comodidad de un trabajo que me gusta mucho, pero que es también dejar las incomodidades que me genera una institución "extraña" (para no hablar de más, uno nunca sabe quién leerá ésto), lo quiero dejar, pero a veces no. Significa dejar mi rincón cómodo en el mundo, mi espacio, mi refugio, mi guarida cuando no quiero salir, cuando no quiero ver a nadie, cuando solo quiero ver tele, es dejar mi comodidad. Y sobretodo, lo más importante es dejar a mi familia y mis amigos, esas personas incondicionales que sin darse cuenta hicieron que el año 2013 fuera uno de los mas increíbles de todos. Sé que el concepto de "dejar" no es el que más lo representa, sé que no estoy dejando nada, que es solo una pausa, un momento... complejo y fácil a la vez, pero insisto, no tengo escusas.

Hace unos días, me dijeron que no me iba a costar nada adaptarme a las nuevas dinámicas, lo dude. Después me dijeron que tenía la capacidad de rescatar a las mejores personas de cualquier grupo en el que me encuentre y que siempre estoy dispuesta a compartir mi vida... también lo dude, aunque ésto si lo pensé. Llegué a la conclusión de que puede ser, pensé en mi alrededor, en las personas que me acompañaron, que estuvieron en cada una de mis penas y alegrías en mi nueva vida. Unas estaban desde años atrás, a otras las conocí en el momento justo en el que debíamos acompañarnos, con otros me reencontré después de años y seguía siendo lo mismo.

A pesar, de que cada vez que pienso en que me quedan dos semanas (considerando que he evitado leer y lavar los platos, dos momentos en el que me voy a mi mundo), se me llenan los ojos de lagrimas pensando en lo lejos que estaré, me siento una privilegiada. Las cosas se han dado, ahora que la vida me sorprenda... solo eso, dejarme sorprender!

¿Tan complejo es?

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