Escribir lo que pasa, siempre me
ha hecho bien. Después me gusta volver a leer y sentir lo que sentía en ese
momento. Lo malo de éste momento es que no me siento bien, me siento mal física
y emocionalmente, siento a cada minuto mi colón como si tuviera vida propia,
siento mi cabeza estallar y mis ojos hinchados, todo ello con la angustia y la
pena que se siente en el pecho. No sentía eso desde el momento en el que vi un
mensaje que me decía que mi abuela había muerto y yo estaba en Cochabamba,
Bolivia. No sentía ésta angustia desde esa vez, sentía que no podía llegar al
funeral y no podía abrazar a mi familia. Ese tipo de angustia es lo que hoy
siento… y ahora no es por la muerte de alguien, sino que más bien es por la
muerte del amor, no de mi parte por eso la angustia. Desde esa angustia es
desde donde escribo, escribo con una sensación de sin sentido, de los proyectos
que tenía y quería de mi vida con ese compañero que tenía, que hoy no está.
Nunca en mis relaciones me había
proyectado tanto a futuro y quizás nunca lo dije, pero más de una vez sentí que
nos quedaban muchas cosas por hacer. Aunque suene cliché hasta en algún momento
me imagine con hijos y con un excelente compañero, con ese compañero que
también veía como excelente padre. Soñaba con lo que se nos venía, planificaba
cosas y sentía que teníamos mucho que hacer… pero olvide algo: la pasión. La
pasión de sentirnos uno y luchar contra una rutina que nos comía, olvide demostrar
qué tanto lo amaba y aunque suena cursi todo lo que escribo soy capaz de darme
cuenta de mis errores, aunque no fue solo mi responsabilidad, lo asumo.
Tengo rabia, porque me enseño a levantar
mi mano y luchar y hoy es él el que abandona el camino. Tengo rabia porque no
era el momento, necesitaba que me acompañaran… en éste preciso momento en el
que me caía. Sé cuáles son las cosas que me tienen así, identifico mis
situaciones de estrés con claridad, pero necesitaba a mi compañero a mi lado,
él no lo entendió así. Sé que no veníamos bien, pero bueno pensé que podían ser
solucionables.
Hoy, me queda hacer cosas que no
quería. Toda mi vida pensé en lo triste que sería vivir sola, nunca fue lo que
quise. Y hace más de seis años que venía escribiendo una historia, que hoy
tiene un final que yo no quise, hoy hubo un final… el amor se acabó!
No hay comentarios:
Publicar un comentario