lunes, abril 30, 2012

Viaje a Cuba (1)



Llegar a La Habana fue extraño, salir del aeropuerto, subirnos a un taxi y comenzar a mirar las postales que por toda mi vida vi, y ahí estaban: frente a mí. Era extraño, estábamos embobados y ansiosos de mirar y caminar por toda ella. La Revolución se defendía en todo momento y los valores de ella inundaban cada rincón de la isla, no diré que todos los cubanos estaban contentos con ello, pero creo que no transaban lo básico, la educación libre para todos, la salud, el respeto y el orgullo de ser cubano, a partir de eso es que lo que demandaban quedaba atrás, el acceso al consumo, la tecnología y la posibilidad de salir del país; lo anterior a pesar de que varios de los cubanos con los que convivimos en nuestro viaje, efectivamente habían salido de la isla. A pesar de ello creo que ninguno de ellos me dijo que se quería ir de ahí.

En Cuba no vi robos, violencia, ni ebrios agresivos, sino que más bien vi como es que la gente se cuida y se respeta, porque a pesar de no tener nada (nada de lo que la sociedad capitalista cree que hay que tener) lo tienen todo, viven en tranquilidad.

Nos fuimos a Trinidad, ahí conocimos a la familia de Noemí y Otto, creo que ellos vivían bastante bien y a pesar de vivir básicamente del turismo (renta de habitaciones) te hacían parte de su vida, eran muy amables; y siempre curiosos de saber cómo vivíamos, cómo lo hacíamos para ser tan jóvenes y venir desde Chile a su isla. En Trinidad lo pasamos muy bien, tuvimos nuestra primera cercanía a la playa del Caribe, de arenas blancas y aguas calientes, recién ahí dimensione que estábamos lejos de casa. Estuvimos dos días con Luis (sobrino de Noemí) quien era nuestro acompañante, nos llevo uno de esos días a Cienfuegos y Santa Clara. Cienfuegos era monona y Santa Clara era clave en la revolución, es increíble recorrer los lugares en donde las armas y la lucha fueron tomadas por el pueblo, ver como a partir de nada lo hicieron todo, darse cuenta que a partir de unas reuniones fueron capaces de hacer huir a un dictador. Además de todo lo que el Che deja como legado en el pueblo cubano, visualizar a un Ernesto persona, que no le iba bien en el colegio y que puede ser perfectamente como usted que lee esto o yo que a veces me siento nadie, él fue capaz de muchas cosas, siendo un argentino mas, en fin… podría decir demasiado.

Un momento, ya continuo!

jueves, abril 19, 2012

Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación: ¡queremos que se eduquen en el espíritu del Che!
Fidel Castro