.: Aprendizaje 1

A los 62 años, no puedes dejar que tu madre te controle o llevarás el cartel de solterona bien puesto.

Cosas de mi

Santiaguina de nacimiento, de Conchalí de niña, Puentealtina de joven, Santiaguina de adulta y Ñuñoina de tonta. Me siento un poco nómada, me cuesta extrañar lugares (con excepción al depto del 2013, ese lo recuerdo con nostalgia... ¿quién lo conoció?), pero a la vez, si me preguntas de dónde eres, el raco y la cordillera no perdona, Puente Alto es mi pasión.

De la universidad ya salí (hace varios años) aunque creo que no sé más de lo que la vida me entrega. Me fui a tierras argentinas para ser master en algo, que aún no termino, me falta la tesis. Pero odio tanto la academia como el frío, así que he cambiado tantas veces de tema como de casa, pero... no quiero seguir hablando de eso.

De profesión Trabajadora Social, estoy de vuelta (al fin!) a las temáticas que me apasionan, después de darme varias vueltas por la negación misma. Me reencuentro con los más estigmatizados, ya con una distancia generacional que me cuesta, pero que me agrada descubrir día a día. Me gusta ver a los jóvenes más libres (ese es el mayor comentario de vieja de mierda que pude escribir). Aunque el último tiempo, me he dado cuenta que tengo otras habilidades profesionales, pensándolo detenidamente, creo que debería haber estudiado arquitectura, diseño u algo así, que se yo!

Amo y odio la vida misma. Del amor, creo que los amores imposibles son imposibles para siempre, aunque sepamos que son creados el uno para el otro. Pero en general, no estoy de acuerdo con lo que creo y siempre me tiro a la piscina no más, si qué tanto.

Me gusta viajar, comer y conocer. Mi sueño es que me paguen por viajar, por probar comidas y copete y escribir... dejémoslo en eso, tchau!

jueves, julio 29, 2010

Aprendizaje 1

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